La elogiada puesta en escena de la compañía El Oráculo combina dramaturgia con uso de muñecos y música en vivo a cargo de destacados intérpretes. Allí se muestra la infancia del trovador y su misión de alfabetizar a personas de zonas rurales. La cita es a las 18 horas en la Corporación Cultural de la comuna.
La trayectoria y la excelencia de la compañía Teatro El Oráculo nuevamente dan sus frutos en un montaje intenso, visualmente atractivo y con un mensaje positivo. Se trata de “Silvio, un niño cubano”, obra estrenada en 2023 que se transformó en uno de los sucesos de la temporada escénica regional.
Este año, y ante el pedido del público, lanzaron una nueva temporada que los tuvo el sábado 27 de abril a las 18 horas en la Corporación Cultural San Pedro de la Paz. De este modo se pudo apreciar de manera gratuita el trabajo que combina teatro tradicional con el uso de marionetas gigantes y objetos, así como música en vivo con destacados intérpretes regionales.
El elenco está integrado por Mario García, Michel Rodríguez, Felipe Sepúlveda y Magdalena Varas; mientras que la interpretación musical está a cargo de Álvaro Del Canto, Cecilia Gutiérrez y Carlos Stockle. Todos ellos dan vida a la historia de niñez de Silvio Rodríguez, cuando, motivado por el fervor revolucionario, fue invitado a alfabetizar a los campesinos, generando una experiencia de sabiduría y aprendizaje mutuo.
Se trata del resultado de un arduo proceso. En este caso, el equipo de El Oráculo, liderado por su director Manuel Loyola, realizó una investigación biográfica, musical, poética, documental e histórica del trovador cubano, la que fue sometiéndose al proceso de improvisación escénica.
“La síntesis entre investigación e improvisación generó un relato argumental que sitúa al artista en su infancia, en su natal San Antonio de los Baños, junto a sus amigos y amigas de calle, su entorno familiar, y el contexto revolucionario que vive su país. Allí, en esos azares, vamos descubriendo a un niño sutil, soñador y amante de las realidades mágicas de la vida”, contó Loyola. “La dramaturgia se concentra también en la experiencia que vive Silvio Rodríguez como alfabetizador en 1961 con tan solo 14 años, la primera gran tarea que asumirá la revolución cubana, y que dejará en el músico una huella que, sin duda, influirá en toda su colosal creación artística”, agregó.
Lo anterior se complementa de gran manera con la presencia de músicos en vivo. “Allí el universo musical es trabajado desde el espacio del Silvio íntimo que propone la obra. Las sonoridades aparecen como una consecuencia del mundo onírico y fantástico que experimenta el joven protagonista en distintos momentos de la puesta en escena”, sostuvieron desde la compañía penquista.